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El Diario de Herbivora

El Nacimiento de Herbivora: Mi Viaje de una Crisis de Piel a una Misión de Bienestar

por M Romero 17 Jul 2025

A veces, el reflejo en el espejo nos devuelve una imagen que no reconocemos. No es una arruga nueva o una cana inesperada. Es algo más profundo: una falta de luz, una expresión de cansancio que parece haberse instalado en nuestra piel y en nuestra alma. Si alguna vez te has sentido así, quiero que sepas que te entiendo. Porque mi historia, la historia de Herbivora, empezó exactamente en ese lugar.

 

 Cuando tu piel grita lo que tu cuerpo calla

Era el año 2012. Mi hijo menor tenía dos años y yo intentaba hacer malabares con la vida: un trabajo online, un hijo de siete años, un hogar, un esposo y una lactancia que me dejaba exhausta. Creía que mis ojeras y mi piel demacrada eran el precio normal de ser una "mujer valiente", de esas que podemos con todo.

 Pero mi cuerpo tenía otros planes. Empezó a enviarme señales que no pude ignorar.

 Cansancio, mal humor y un rostro que no reconocía

El agotamiento era mi estado natural. Vivía irritable, de mal humor, y veía en el espejo a una mujer con la vitalidad completamente opacada. Intentaba sobrellevarlo, como hacemos tantas, con una sonrisa y una actitud positiva. Pero por dentro, sentía que algo no estaba en armonía.

 El acné que lo cambió todo: La visita a la dermatóloga

La verdadera alarma sonó cuando mi rostro se llenó de granitos. Nunca había sufrido de acné, ni siquiera en la adolescencia. Este brote, repentino y persistente, fue la gota que derramó el vaso. Ahora no solo estaba cansada y ojerosa; me sentía incómoda en mi propia piel. Mi autoestima estaba en el suelo.

 Decidí buscar ayuda y fui a una dermatóloga. Pero en lugar de recetarme una crema, ella me miró con atención y supo ver más allá. Se dio cuenta de que la raíz de mi problema no estaba en la superficie. Con una sabiduría que hoy agradezco, me dijo: "Tu problema parece ser un desequilibrio hormonal. Tienes que ver a una endocrinóloga".

 El diagnóstico que fue un baldazo de agua fría: Hipotiroidismo de Hashimoto

Efectivamente, tras una serie de exámenes, llegó el diagnóstico: Hipotiroidismo de Hashimoto, una condición autoinmune en la que mi propio sistema inmunitario estaba atacando mi tiroides. Uno de los tantos problemas hormonales que afectan a millones de mujeres en silencio.

 "No tiene cura, debes aprender a vivir con ello"

Esas palabras resonaron en mi cabeza como una sentencia. ¡Los desastres continuaban! En ese momento sentí que mi mundo se venía abajo y comprendí en carne propia la frase: "uno no valora la salud hasta que la pierde".

 Afortunadamente, mi endocrinóloga practicaba la medicina funcional, un enfoque que busca la causa raíz del problema. Además de la medicación tradicional, me propuso un cambio radical de estilo de vida: deporte diario, manejo del estrés y una nueva alimentación sin gluten, azúcar ni lácteos. Les confieso que lloré un mes entero.

 El reto de cambiar mi vida

Aun con el corazón roto por dejar mis comidas favoritas, me sequé las lágrimas y abracé el cambio, esperanzada. Pero, aunque mis análisis mejoraban, mi reflejo en el espejo no. Seguía con ojeras, sin brillo, con la piel envejecida. Seguía sintiendo que la luminosidad me había abandonado, y eso me deprimía profundamente.

 La pregunta que iluminó mi camino: "¿Sabes qué te estás metiendo por la piel?"

Armada de valor y frustración, volví a la consulta de mi doctora. Le reclamé que, a pesar de seguir todas sus indicaciones, me seguía viendo igual. Fue entonces cuando, como un rayo de luz, me hizo la pregunta que lo cambiaría todo para siempre:

 "¿Y sabes qué te estás metiendo por la piel?"

 Quedé con la boca abierta. Me explicó que todo lo que aplicamos en la piel, nuestro órgano más extenso, puede pasar a nuestro torrente sanguíneo, afectando nuestro delicado sistema hormonal.

 Mi impactante descubrimiento sobre los tóxicos en la cosmética

Volví a casa y me sumergí en internet. Era 2012 y había muy poca información en español, pero lo que encontré me horrorizó. Descubrí un universo de ingredientes tóxicos presentes en la mayoría de cosméticos y productos de higiene personal:

 Parabenos (disruptores hormonales)

 Sulfatos (irritantes)

 Siliconas (que tapan los poros)

 Perfumes sintéticos (llenos de alérgenos)

 Las grandes corporaciones los justificaban en "cantidades inofensivas", pero su acumulación estaba relacionada con enfermedades autoinmunes, problemas hormonales, infertilidad y mucho más. Me di cuenta de que, sin saberlo, me estaba envenenando.

 Desintoxicar mi vida: Una decisión radical y un camino sin retorno

Ese día decidí eliminar por completo los tóxicos de mi vida. Pero la tarea era titánica. Estaban en todas partes. En un primer impulso, viajé a Estados Unidos y compré de todo: productos "eco-friendly" y de "clean beauty". Pero esa no era una solución sostenible. Debía encontrar una respuesta aquí, en Perú.

 Y fue así como, en esa búsqueda, encontré mi propósito.

 El inicio de Herbivora: Mi primera clase de cosmética natural 💖

Encontré mi primera clase de cosmética natural en España y sentí que llegaba a casa. Descubrí el poder de los aceites vegetales, la sabiduría de las plantas y la alquimia de crear fórmulas honestas y efectivas.

 De consumidora consciente a creadora apasionada

Pasé de ser una consumidora preocupada a una creadora apasionada. Empecé a formular mis propios productos, a experimentar y a ver cómo mi piel, por primera vez en años, recuperaba su firmeza, su equilibrio y su luminosidad. Mi piel estaba sanando porque yo estaba sanando.

 

Nuestra promesa: Cosmética honesta para un bienestar integral

Herbivora nació de mi crisis, pero se convirtió en mi misión. La misión de ofrecer a otras mujeres lo que yo busqué desesperadamente: cosmética segura, eficaz y transparente, que trabaje en armonía con nuestro cuerpo y no en su contra. Una cosmética que sea un verdadero ritual de bienestar.

 

Hoy, cada producto de Herbivora es una manifestación de esta historia. Es nuestra promesa de que es posible cuidar nuestra belleza celebrando cada etapa de la vida, honrando nuestra salud y conectando con el poder sanador de la naturaleza.

 

Gracias por leerme y por ser parte de este diario. 💚

 

¿Alguna vez has sentido que tu piel te estaba enviando un mensaje? Me encantaría leerte.

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